¿Alguna vez has estado en un hotel y de la nada la presión de la regadera baja, o la temperatura del agua cambia constantemente? Estos son algunos de los problemas más comunes que encontramos en los edificios comerciales y residenciales, y desafortunadamente son más frecuentes de lo que pensamos.
Ya sea un edificio de departamentos, un hospital, una torre de oficinas o un hotel, uno de los requerimientos esenciales (si no el más importante) es el suministro de agua. Sin embargo, me he topado con una infinidad de casos donde el diseño hidráulico de estos edificios resulta deficiente y genera problemas a corto o mediano plazo, provocando variaciones importantes en la presión, falta de agua y en el peor escenario un daño importante en los sistemas de bombeo que, eventualmente, termina en la privación del vital líquido. La realidad es que nadie quiere quedarse sin agua mientras se está dando un baño, o peor aún, que un hospital se quede sin agua.
Cuando se diseñan los sistemas hidráulicos es imperativo considerar varios factores que juegan un papel mucho más importante de lo que pensamos. Evidentemente el primer factor es la cantidad de servicios que componen la red hidráulica. Claro, esto nos determina el flujo requerido en el edificio, no obstante, es igualmente significativo considerar qué tipo de edificio es al que vamos a dotar de agua; no es lo mismo suministrar agua en un edificio de departamentos que en un club deportivo, a pesar de tener la misma cantidad de servicios. El factor de simultaneidad es distinto dependiendo del tipo de edificio, y pocas veces se toma en cuenta. Esto provoca que se dimensione el mismo equipo de bombeo para diferentes aplicaciones a pesar de que los requerimientos no sean los mismos, y frecuentemente acabamos con un equipo sobre dimensionado o demasiado pequeño. Esta es la razón por la que es de suma importancia elegir el método correcto para determinar el flujo de agua, pues no solamente depende de ello un suministro suficiente, sino el siguiente factor crítico: la red hidráulica en sí.
El diseño de la red es igual de importante que el cálculo de flujo de agua, ya que si no se dimensionan correctamente los diámetros de la tubería o la distribución resulta no ser la adecuada, nos veremos con un sistema incapaz de suministrar el flujo calculado de manera eficiente, incluso si las bombas están correctamente dimensionadas para el caudal requerido. Me han preguntado muchas veces: ¿y por qué algunas ocasiones si funciona y otras no? ¿Necesitamos más potencia? Es completamente razonable que un cliente que desconoce la ingeniería detrás del diseño de un sistema de esta naturaleza se pregunte esto. Y claro, es lógico: “si me falta agua seguramente es porque la potencia de mis bombas no es suficiente”. Sin embargo, la mayoría de las veces el problema es un diámetro de tubería menor al requerido. Éste genera mucha fricción cuando el flujo es alto, así que en los momentos más críticos (donde tenemos un mayor consumo de agua) es cuando encontramos problemas. Pero la potencia no puede resolver el problema, ya que si aumentamos la presión para lograr pasar el caudal por ese diámetro nos encontraremos ahora con una presión demasiado alta en las plantas más bajas, creando otro problema donde antes no lo había. En resumen, las pérdidas por fricción son la causa más importante de falta de presión en los edificios residenciales y comerciales, además de un consumo energético excesivo y el desgaste anticipado de los componentes del sistema debido a picos de presión, turbulencia y exceso de velocidad en las líneas de conducción.
Finalmente, el último factor a considerar es el tipo de sistema a instalar. Esta decisión tiene un impacto directo sobre la eficiencia energética y la frecuencia de mantenimiento. Pero ¿por qué es tan importante decidir qué sistema instalar? ¿No depende del presupuesto establecido para esta partida? ¡Por supuesto! Sin embargo, siempre es importante considerar que del costo total de propiedad de un equipo de bombeo únicamente el 15% corresponde a la inversión inicial, mientras que el otro 85% es consumo energético, gastos de mantenimiento y costos por paros. Por este motivo, cuando diseñamos un equipo de bombeo para un edificio no hay que buscar el más económico ni mucho menos el más grande, sino el adecuado para la aplicación en específico. Los sistemas de velocidad variable presentan grandes ventajas sobre los sistemas tradicionales, aunque hay algunas aplicaciones muy específicas donde un sistema tradicional ofrece ligeras ventajas. La selección del tipo de sistema a instalar no se debe tomar a la ligera, siempre hay que instalar lo que la aplicación exige. Sin duda vale la pena invertir un poco mas para obtener el equipamiento adecuado que ofrezca la mejor relación costo-beneficio y nos genere la menor cantidad de problemas.
En conclusión, elegir el sistema adecuado, dimensionarlo correctamente y diseñar con cuidado la red hidráulica se traducirá en grandes ahorros, no solo económicos y energéticos, sino de dolores de cabeza.
E. L.
Experto en sistemas de bombeo – BombasMX