Un día cualquiera decides comprar un nuevo televisor, pero entre tantas opciones no tienes idea de que necesitas, solo sabes que quieres una televisión de ciertas dimensiones donde puedas ver películas con buena calidad. Entonces, ¿qué compras? ¿La pantalla LED o la de plasma? La diferencia en precios es inmensa, y la mayoría de la gente, bajo el razonamiento de que ambas cumplen con su función quizás se decidan por la mas económica. Pero ¿qué impacto puede tener esto en su economía?
Existe un concepto llamado costo total de propiedad o TCO (total cost of ownership). Esto es el costo total de algo, lo que sea que compremos. En este caso el televisor implica otros gastos, como quizás un aparato adicional con el que podamos ver películas por streaming, o el equipo para su montaje al muro, y definitivamente el que mas afecta: el consumo energético. Todos estos “pequeños” gastos extra elevan el costo de tener un televisor de ciertas características, convirtiendo la inversión inicial en solo “la punta del iceberg”.
En el caso concreto de un motor eléctrico que pueda operar con un reductor de velocidad o con una bomba de agua el costo total de propiedad lo podemos resumir en tres factores: inversión inicial (o el costo del equipo en sí), los costos de mantenimiento, y el consumo energético. Este último representa alrededor del 80% del costo total de propiedad de estos equipos. El mantenimiento debe representar alrededor del 5%, y el costo del equipo es aproximadamente el 15%, además de que es importante considerar la vida útil del equipo. La calidad es de suma importancia, ya que un producto de mala calidad puede elevar consumos energéticos, gastos en mantenimiento, o aumentar la frecuencia con la que se remplaza éste en su totalidad. Aquí entra en juego otro factor importante a considerar en equipos involucrados directamente en la producción industrial: los paros de línea.
¿Cuánto le cuesta a una empresa parar una línea de producción? Quizás miles de pesos, cientos de miles, o incluso millones. Parar una línea es lo peor que puede pasarle a una empresa, especialmente para empresas que además de dejar de vender tienen que pagar penalizaciones por retrasos, como es el caso de la industria automotriz.
Recientemente estuve en una empresa que fabrica partes automotrices, y me comentaron de un problema recurrente que tienen con unas bombas que están involucradas directamente en su producción. Están encargadas de enfriar parte de su proceso para obtener la calidad deseada. Entre la mala calidad de las bombas que tienen instaladas y el mal dimensionamiento de estas han tenido que parar en varias ocasiones sus líneas de producción por fallas recurrentes en estos equipos, lo cual les representa varios millones de pesos perdidos cada año. Este es un ejemplo muy claro de que lo barato sale caro, y a veces, muy caro.
Cuando entendemos el concepto de costo total de propiedad no hace ningún sentido empeñarnos en comparar solo los precios de un producto, la diferencia en costo puede parecer muy grande a veces, pero esta diferencia se difumina completamente en casi todos los casos cuando la diferencia justifica la calidad y el ahorro energético. Es por esto por lo que yo recomiendo que siempre se comparen peras con peras y nunca peras con manzanas, aunque estas se parezcan. Cuando se realizan cuadros comparativos para tomar la decisión sobre cual equipo comprar es importante considerar el costo total de propiedad y no la inversión inicial como se acostumbra actualmente. Un buen proveedor que conozca su producto puede ayudarnos a llegar a esta cifra para poder tomar una decisión bien informada sobre lo que estamos comprando, y a no ver solo la punta del iceberg.
E. L.
Experto en sistemas de bombeo – BombasMX